FUNDAMENTACIÓN DEL PROYECTO “INCIDENCIA POLITICA BINACIONAL (ARGENTINA-URUGUAY)”, enviado a AMFAR (Fundación Norteamericana de Investigación del SIDA) en su MSM INITIATIVE (Iniciativa HSH) en agosto del 2008, y en curso de ejecución

La actual tendencia de las autoridades argentinas es dirigir la mayor cantidad de actividades a la población general. Esto es erróneo, a la luz de una serie de nuevos datos obtenidos a lo largo de los años 2006 y 2007, y de la reinterpretación de los datos viejos a la luz de los nuevos marcos teóricos de interpretación de la epidemia. Esos datos han llegado a conocimiento de muy pocas personas; no son de conocimiento público entre la población VSV y trans, ni tampoco en sus muy pocas Organizaciones No Gubernamentales ONGS..

      Argentina no había reconocido en ninguna publicación oficial, hasta diciembre del 2007, que la epidemia en su territorio no está generalizada sino concentrada. Uruguay, en cambio, aceptó oficialmente en el 2006 que su epidemia está concentrada, e indicó además que lo está en HSH.

Los datos no son secretos, pero autoridades específicas del Ministerio de Salud de la Nación Argentina aparecen en los diarios de mayor circulación del país explicando que quienes están en mayor peligro son las mujeres. Aunque esto es una distorsión publicitaria, los grandes decisores políticos no son técnicos en VIH, y se guían por lo que es conocimiento público: hace diez años que no se puede aprobar una ley de SIDA en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en SIDA, debido a las disensiones políticas sobre si se debe o no incluir a la población VSV y trans y si corresponde o no dar puesto de máxima preferencia a las mujeres postergando a otras poblaciones.

      La Ley de la Nación Argentina, como la del Uruguay y las de las provincias argentinas que la tienen, no especifican nada sobre VSV y trans porque fueron escritas antes de la divulgación del concepto de subepidemias.

 Necesitamos informar a quienes no son técnicos pero toman las grandes decisiones políticas en VIH sobre el rol de los VSV y trans en la epidemia; hay que hacerles llegar los nuevos datos y las nuevas interpretaciones de los datos anteriores. Entre ellos persiste la idea de “todos somos vulnerables al VIH”, impulsada al principio de la epidemia con el fin de evitar la discriminación y el estigma. No toman en cuenta la idea, más moderna, de que “algunos son más vulnerables al VIH que otros”.

Las cifras que siguen son oficiales, pero no han sido tomadas en cuenta para el diseño de políticas de prevención y atención. Muestran que la epidemia de VIH/SIDA en VSV y trans está recrudeciendo. En Ciudad de Buenos Aires, los estudios epidemiológicos hechos por en Centro de Referencia de la Facultad de Medicina, arrojaron una incidencia del 7% (Casos de nueva infección) y una prevalencia del 10%, que según otros estudios difundidos por ONUSIDA pueden trepar al 25%.  En al menos dos provincias argentinas, San Juan y Córdoba, se ha documenta un efecto de “rebote”, y el porcentaje de casos VIH en VSV y trans aumenta.

No hay datos oficiales sobre prevalencia de la conducta homosexual en Argentina y Uruguay. En el Ministerio de Salud argentino en el año 2000 se estimó en 100.000 el número de VSV y trans. Este número debe ser al menos triplicado, porque la actividad de sexo entre varones adolescentes es alta aunque no esté medida, y los centros de diversión para adultos gays de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires atienden una clientela de 10.000 personas por noche. Existen establecimientos gays en una veintena de capitales y ciudades importantes argentinas, y en el Uruguay los hay solamente en Montevideo.

 Podemos estimar 330.000 gays, trans y VSV en general solamente en las principales ciudades de Argentina, pensando en una cifra conservadora del 11%: 3.000.000  de varones sexualmente activos, con probabilidad de tener hasta tres años de vida adulta con relaciones VSV exclusivas. (Usamos como base teórica la encuesta Laumann et al, de 1995). A eso debemos sumar unos 30.000 uruguayos. Con esta masa poblacional, se necesitan más datos para comprender la dinámica de la epidemia en VSV y trans y la evolución de las subepidemias regionales y provinciales. Esta información aumentaría la eficacia de los Programas y Proyectos de Prevención del VIH/sida. Hay pocos datos porque la vigilancia de la epidemia estuvo monopolizada por el Estado, sin que la sociedad civil haya tenido tuvo participación en los sistemas de vigilancia y referencia. Al haber insuficiente apoyo de los Estados argentino y uruguayo, el desarrollo de las ONG´s gays y trans fue muy pobre.

      En el año 2000, según informa el Proyecto LUSIDA (PNUD ARG/96/011) de un total de trescientas setenta entidades registradas y en condiciones de presentar y ejecutar proyectos a LUSIDA (Proyecto de  Control del SIDA y ETS, Ministerio de Salud de la Nación) , solamente seis (6) trabajaban con minorías sexuales; las seis pertenecían a las Ciudades de Buenos Aires, Rosario, y Córdoba. La presión social había impedido que se organicen ONG´s de minorías sexuales en la cantidad necesaria y proporcional al impacto en ellas de la epidemia y de su participación en la epidemia total. La situación ha mejorado, y ese número se ha quintuplicado en Argentina y triplicado en Uruguay; pero nuestra estimación es que Argentina debería contar al menos con una cincuentena de organizaciones VSV y trans, y Uruguay con una decena, teniendo en cuenta que en el Brasil las organizaciones gays, VSV y trans son más de 300 (contabilizadas por el Ministerio de Salud brasileño) . En nuestros países latinoamericanos la base social promovida por el Estado se manifiesta en la cantidad de organizaciones, características de nuestras estructuras de países federales de gran extensión territorial Brasil y Argentina son conglomerados de asentamientos españoles y portugueses autónomos, que se soldaron en naciones; el sistema federativo usado por los brasileños es el modelo político de la Federación Crefor: una síntesis aglutinante de fuerza para la presión política sobre las organizaciones estatales (provinciales), y un centro nacional. En el Río de la Plata la población VSV y trans no tiene una representación acorde y proporcional al impacto de la epidemia en ella, y las pocas organizaciones que hay se concentran en las respectivas capitales: Buenos Aires y Montevideo, y una pocas ciudades importantes: Córdoba y Rosario. Los pocos datos que hay se refieren a estas subepidemias, y se extrapolan sin razón a todas las demás provincias. Se sabe poco de la evolución de las subepidemias en la mayor parte de las provincias argentinas, y sin esta información se torna difícil la planificación de programas que aborden eficazmente el problema. La actual política considera una infección uniforme en ambas orillas del Plata y en la totalidad de los Estados argentinos, lo que desvía los recursos a acciones dedicadas a poblaciones no prioritarias o de alerta.

      Es necesario ampliar y fortalecer los sistemas de vigilancia y referencia y aumentar la cantidad de datos sobre distritos, provincias y regiones de ambos países. La Sociedad Civil debe desarrollar sistemas de referencia dirigidos especialmente a población VSV y trans que permitan conocer la evolución de la epidemia en esta población.

      Como resultado de la poca participación en la producción de información epidemiológica referente a la epidemia, las Organizaciones de la Sociedad Civil VSV y trans no conocen los datos ni tienen el marco teórico de referencia necesario para efectuar nuevas interpretaciones de los datos epidemiológicos. Conocerlos les permitiría fundamentar mejor sus argumentos acerca del rol real de nuestra población en la epidemia y demostrar que los VSV y trans son población de alta exposición al virus, y que debe ser priorizada por su propio bien y en beneficio de la sociedad general. En tanto los datos sean monopolizados por el Programa Nacional Argentino, que concentra su accionar en alertar a la población general y que considera a las mujeres la población de mayor riesgo, las organizaciones comunitarias VSV y trans no podrán demostrar su alta exposición a la epidemia.

Responsables de la ejecución del proyecto

      La Federación Binacional CREFOR (Creación y Fortalecimiento) es una organización de segundo grado, con miembros en los dos países. Fue creada como organización argentina de segundo grado en el 2002; la integran entidades sin fines de lucro, con trabajo en VIH/SIDA y diversidad sexual.  Es una red binacional de 34 ONG´s  y grupos operativos de diversidad sexual de 18 provincias argentinas y el Uruguay, dedicada al trabajo sistemático en promoción de salud y derechos de las minorías sexuales. Se originó en el “Proyecto CREFOR” de SIGLA, desarrollado del 2001 al 2003 con el apoyo de OPS y ONUSIDA y el Ministerio de Salud del Brasil. La propia SIGLA tiene su origen en el Proyecto Sinsida, desarrollado de 1993 a 2000 para la Ciudad de Buenos Aires y financiado en su origen por AMFAR en su primera salida al exterior de los EEUU.

      El crecimiento y fortalecimiento de la red fueron objetivos  del Proyecto “CREFOR 2004” que la Federación CREFOR presento a la 2º convocatoria del Fondo Global de Argentina. La red contribuye a la construcción de las comunidades GLTTB locales, acompaña en la ejecución de campañas de prevención focalizadas en ciudades de escaso desarrollo organizacional, promueve la creación de alianzas con los equipos de salud, las fuerzas de seguridad y las autoridades de educación y justicia y los gobiernos locales y capacita para la elaboración y ejecución de planes de incidencia política locales

       La Red Crefor apunta a la construcción comunitaria, en tanto que SIGLA está apuntando a la profesionalización de la administración y gestión de proyectos. La asociación de ambas encarga a CREFOR crear organizaciones de la sociedad civil con trabajo en VSV y trans donde no las hay y fortalecer las que ya existan, en ambos países, y encarga a SIGLA la coordinación, administración y gestión de las actividades de base de la Federación, que nuclea actualmente a 34 organizaciones, grupos y referentes de 16 provincias argentinas y Ciudad Autónoma y una organización uruguaya, AMISEU (Asociación de Minorías Sexuales del Uruguay), con inserción en Montevideo y el interior del Uruguay. Es una base ideal para el desarrollo y fortalecimiento de la capacidad de las organizaciones de incidencia política sobre los tomadores de decisión técnicos y no técnicos. Puede contactar organizaciones en la mayor parte de Argentina y el Río de la Plata, y hacer el trabajo de base en tanto que SIGLA se dedica a tareas académicas, administrativas y de gestión.

VIH y situación política en la región

Argentina y Uruguay están inmersas en el proceso de construcción del MERCORSUR, que es la integración de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay en una entidad supranacional. Las cuatro naciones comenzaron este año el proceso de elección del Parlamento del MERCOSUR. Las más próximas entre sí por cultura, economía e historia son Argentina y Uruguay; Argentina es un país federal de 24 estados; 23 son llamados “provincias”, con amplia autonomía, constitución y administración propios, y el estado 24 es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, creado en 1996. Las autoridades políticas del MERCOSUR en los próximos años formarán una nueva capa política, donde entrarán nuevas figuras y actores, y construirán su propia burocracia y administración. En este momento fundacional es importante incidir sobre estas nuevas autoridades y sensibilizarlas ante la existencia y reclamos de poblaciones con vulnerabilidad y necesidades especificas dentro de la epidemia, y dejar en claro que el mayor bien para la comunidad de naciones derivará de atender a estas subpoblaciones para impedir que sean puente de difusión del VIH a la sociedad general. Para llegar a esta meta, necesitamos visibilizar esta población ante esta nueva capa de políticos y funcionarios, e interesarlos en las vulnerabilidades particulares de este grupo, para que ellos a su vez influyan en quienes diseñan y planifican los programas de prevención.

Las nuevas autoridades del MERCOSUR en Salud influirán sobre los tomadores de decisiones nacionales y estatales (“provinciales”, en la terminología argentina), y la maniobra se completara desarrollando un grupo de organismos de base formados por VSV y trans, que desde el nivel de las poblaciones reclamarán a los directores de SIDA con un discurso similar al que usaremos con las autoridades superiores del Mercosur.

Necesitamos difundir los nuevos datos epidemiológicos y las nuevas interpretaciones de los viejos entre algunos tomadores de decisión claves de la región y entre las organizaciones VSV y trans de base comunitaria fortalecidas, para que su líderes cuenten con mejores y mas eficaces herramientas para incidir políticamente en concordancia con el discurso usado en la capa superior.

      Argentina y Uruguay están eligiendo sus diputados del MERCOSUR a través de las Comisiones de Salud de los Parlamentos Argentino y Uruguayo. A fines del año 2009 los diputados serán elegidos por la población; pero durante este año y la mitad del siguiente la Comisión Ejecutiva del MERCOSUR, presidida por el ex vicepresidente argentino Carlos “Chacho” Álvarez, y las Comisiones de Salud del Senado Uruguayo y de la Cámara de Diputados Argentina conducirán el proceso de formular las primeras políticas regionales integradas que se aplicarán en el Río de la Plata, que así se llama la región formada por Argentina y Uruguay. La información sobre VSV y trans que llegue a estos tres ámbitos de nosotros debe ser similar y convincente. Los políticos del MERCOSUR y sus asesores actúan hasta hoy según el discurso periodístico y el oficial argentino, que es actuar como si la epidemia estuviera generalizada sin hablar de la existencia de etapas anteriores. Demostraremos de modo fácil, claro y didáctico que la epidemia está concentrada, que quienes están en mayor riesgo de infección son los VSV y trans, y que ellos son el puente que la infección utilizará para trasladarse a la población general; plantearemos un marco teórico que hará que los viejos datos cobren nuevo sentido.

El Parlamento del MERCOSUR, que se conformará a fines del 2009, se abrirá con materiales preparados por el actual Presidente de la Comisión Ejecutiva del MERCOSUR, el ex Presidente del Senado argentino Carlos Álvarez, que coordina su acción con la Comisión de Salud del Parlamento Uruguayo a través de la Senadora Margarita Percovich, y del Presidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Silvestre Begnis. Existe posibilidad de contactar directamente a estas tres personas a través de SIGLA, que en el pasado ha tenido contacto directo con ellos, y a través de la ex diputada nacional y actual Embajadora argentina en Cuba, Juliana Marino.

Estas tres autoridades claves, Carlos “Chacho” Alvarez, Presidente Pro Tempore del Parlamento del MERCOSUR, la senadora Margarita Percovich y el diputado Silvestre Begnis, junto con sus asesores, pueden incidir en que la población VSV y trans sea priorizada por la legislación nacional y los programas locales y regionales de SIDA. El contacto con ellos se hará apenas empezado el proyecto, demostrándoles que esta visión de la epidemia coincide con la imperante en el Brasil y la nueva dirección propulsada por el Programa de VIH/SIDA de México, y que por tanto tiene importancia estratégica. Solicitaremos que compulsen nuestros datos recurriendo a sus programas nacionales y estatales, y seguiremos creando una estructura que respalde esta visión y presione desde la base a los directores de SIDA.