El otro día por la mañana mirando la tele me encuentro en canal 7 a una chica trans criticando al conductor Mex Urtizberea por haber hecho antes en su programa un chiste poco apropiado hacia la gente trans. Lo que ella decía era que hacían falta huevos para ser trans;  y después de eso lo agredió criticando muy superficialmente al conductor por su apariencia.  Me pregunto si no es hora de dejar de ser tan levantiscos por cualquier cosa y comprometernos nosotros mismos. Lo primero es culturizarnos y estar bien seguros de nosotros. Así no tendremos que ser tan agresivos con los otros. Ya es hora de que dejemos pasar algunas bromas que son habituales en contra de lo diferente; es hora de que empecemos a tener un poco de humor y a aguantar el golpe sin devolverlo, porque es fácil criticar a la sociedad porque nos excluye y nos vive señalando, en tanto que nosotros no hacemos mucho por intentar superar esa situación o cambiarla.

 

Es cierto que como miembro de la comunidad LGBT me he sentido y me sigo sintiendo discriminado o señalado en algunas ocasiones. Pero también me doy cuenta de que si no sigo adelante a pesar de esas situaciones no puedo esperar que ninguna otra persona se encargue de corregirlas. Ése es nuestro mayor problema desde mi humilde punto de vista de chico de 17 años, casi 18: nos victimizamos tanto que no damos lugar a ningún tipo de prejuicio o broma. Nos enojamos seriamente incluso dentro de nuestra comunidad; y eso nos deja doblemente expuestos, porque no sólo no nos encontramos con amigos o pares en la vida de todos los días, sino que tampoco los encontramos en el mundo gay.

Como consecuencia, nos vemos extremadamente solos y expuestos a cualquier tipo de agresión, sea física, verbal o psicológica; sentimos que nadie nos entiende y/o defiende, aunque eso no sea verdad.

Más todavía: podemos albergar resentimiento por las agresiones pasadas y las penas que nos hicieron pasar en relación con nuestra sexualidad, pero construir la autoestima también precisa de los esfuerzos que uno mismo haga. Aunque sigamos siendo el blanco de todo tipo de acusaciones falsas, tenemos que dejar de sentirnos afectados por todas; tenemos que luchar por un mejor futuro. Existen estereotipos del mundo gay, pero existen muchos gays distintos, y ninguno de nosotros es responsable de no amoldarse a alguno de esos estereotipos. Es también algo que nos corresponde comenzar a tomar las cosas con más humor, y responder con menos agresión. Ciertamente algunas veces lo que nos dicen nos ofende, pero hay que comprender que lo que duele más no es que atenten contra la sexualidad de uno, sino que la propia homofobia interna de cada uno siga tan latente y de un modo tan intenso.

Es cierto que nos han lastimado varias veces de las maneras mas atroces y desmedidas; pero también es cierto que la enorme mayoría de nosotros sólo busca sentirse plenamente satisfecho, y si no buscamos en realidad formar una comunidad es porque tenemos incapacidad de sentirnos parte de algo mayor. Aunque sea por una vez, es necesario poder dejar de ser víctimas, y poder dejar de ser el centro de atención. Es duro decirlo, pero es la verdad.

Quizás la unión no haga la fuerza, pero sentirse parte de un todo, más allá del sexo, ayuda.   

Ezequiel