por: Rafael Freda

Ana Freud fue la hija menor de Sigmund y Martha Freud. Cuando nació en Viena, Austria, el 3 de diciembre de 1895, su padre tenía treinta y ocho años y acababa de confirmar la existencia del inconsciente.

 

De niña aprendió hebreo, inglés, alemán, francés e Italiano. Desde los catorce años presenció los debates de la Sociedad Psicoanalítica; a los diecinueve años se graduó como maestra primaria pero en 1917, con veintidós años, dejó de trabajar por su tuberculosis. Tuvo dos cortejantes: primero Ernest Jones y luego Hans Lampl, ambos desaprobados por su padre.

En 1922, a los veintisiete años, con material de su propio psicoanálisis, hecho con su padre, publicó : "Sobre las Fantasías de Flagelación e Ilusiones Diurnas”, sobre los distintos métodos para no masturbarse, e ingresó a la Sociedad Sicoanalítica de Viena.

El estudio de la sigue infantil le permitió ingresar en el mundo de las profesiones, monopolizado por los varones. Su mejor amiga en la época era Eva Rosenfeld, que fue desplazada en su cariño por Dorothy Burlingham, una rica norteamericana que acababa de separarse de su marido, quien padecía una enfermedad mental. Dorothy le había traído a sus dos hijos, varón y mujer, para que los atendiera.

En 1925, junto con Helen Deutsch, Ana fundó el Instituto Sicoanalítico de Viena. En 1927 publicó Introducción a las Técnicas del Análisis de Niños , donde estudió el papel del medio en el desarrollo del niño y desarrolló su terapia de juego, que la enfrentó a muchos de los grandes sicoanalistas. En ese mismo año pasó sus vacaciones con Dorothy, y compraron juntas una casa.

En 1929 parte de la fortuna de los Freud se perdió con el crack de la Bolsa y la crisis financiera mundial. Paralelamente Dollfuss, primer ministro austriaco, se declaró independiente del movimiento nazi, y fue asesinado en 1931. La emigración judía hacia Londres se intensificó.

En 1931, a los treinta y seis años, Ana fue nombrada segunda vicepresidenta de la Sociedad de Psicoanálisis; de 1934 a 1936 escribió El Yo y los Mecanismos de Defensa , donde estudió la represión como proceso inconsciente.

En 1938, poco antes del Anschluss (la anexión de Austria al Tercer Reich nazi) Ana fue arrestada y la casa de su padre fue saqueada. A pesar del antisemitismo creciente, Freud se había negado a abandonar Viena; gracias a su fama, su casa había parecido ser intocable; pero los tres días que Ana pasó arrestada lo decidieron a partir, y a los tres meses los Freud se radicaron en Londres, donde Sigmund murió de cáncer en 1939.

Al comenzar la guerra Dorothy Burlingham había tenido una breve aventura con un joven, a quien renunció. Le escribió a Ana: "Por mis cartas ya sabes que tenía miedo, miedo a las complicaciones, miedo a verme obligada a una separación; pero hasta ahora no me había dado cuenta de que realmente podría perderte, y que las consecuencias podrían arruinar mi vida y la nuestra junta.

En 1941, Ana y Dorothy fundaron una Guardería de Guerra en Hampstead ( Hampstead War Nurseries) . Era un hogar para niños a los que la guerra había separado de sus padres. La pareja describió su experiencia en los libros Niños Jóvenes en Tiempo de Guerra , 1942; La Guerra y los Niños , 1943; Y Infantes sin familias , 1945.

En 1951 Ana Freud comunicó que había logrado curar la homosexualidad en varones, pero no preservó sus estudios de caso.

En 1952 la pareja inauguró una clínica de psicoanálisis infantil (Hampstead Child Therapy Course and Clinic) que Ana dirigió los treinta años siguientes.

Dorothy murió en 1979. Su nieto narra haber consolado así a Ana: "Lo has sido todo para ella, que tuvo una vida maravillosa a tu lado ¡Qué suerte ha tenido de hallar y cautivar a alguien como tú!".

Los biógrafos han descrito la relación de Ana y Dorothy como una “perfecta amistad”, con un alto grado de intimidad. Ana negó hasta la muerte los rumores de que Dorothy y ella habían sido amantes lésbicas, aunque en una carta declara no haberle querido contar a su padre “cosas que avergüenzan”. Si tales cosas se relacionaban con la homosexualidad, p udieron haber sido fantasías, no prácticas.

Hay dos puntos significativos:

1) El nieto de Dorothy las describió como “el oxímoron final: lesbianas intelectuales» (El oxímoron es una figura literaria donde chocan ideas contradictorias: por ejemplo, un sol oscuro. De la homosexualidad se creía que resultaba de un irresistible impulso al goce carnal con el propio sexo; por tanto, el nieto creía que era asombroso que entre ambas no hubiera contacto sexual.

2) Ana comunicó haber tenido éxito en heterosexualizar varones.

No intentó reconciliar a sus pacientes con la homosexualidad, como había recomendado su padre, sino cambiarlos. Por lo tanto, pensaba que la sexualidad heterosexual era más deseable que la homosexualidad, al menos en varones.

Es probable que Ana Freud no se haya considerado a sí misma lesbiana, que haya categorizado de otro modo sus sentimientos hacia Dorothy, y que no haya concebido como una privación la falta de disfrute de sexualidad plena que se advierte en su vida.

Ciertamente se resistió a vivir una vida acorde con los arreglos convencionales de la heterosexualidad; pero tomar distancia de toda identificación con la homosexualidad debe considerarse una de las formas en que las personas de sexualidad no convencional se adaptaron a la sociedad del siglo XX.

Ana Freud murió en Londres, a los 87 años.