Un método de medición
de prejuicios hacia la homosexualidad

Escribe: Lic. Jonathan Touson

La homosexualidad no es, sin duda, una ventaja, pero tampoco es algo de lo que haya que avergonzarse, ni un vicio, ni una degradación, ni puede clasificársela como una enfermedad… Es una gran injusticia perseguir a la homosexualidad como un delito, y además, es una crueldad” Freud, Sigmund - 9 de Abril de 1935

Las personas que componen una sociedad, la mayoría de las veces, no ven en términos neutrales el mundo que las rodea. La gente, los sucesos y las situaciones tienen consecuencias para aquéllas a veces positivas y otras veces negativas. No es de sorprender, entonces, que los sentimientos, pensamientos e inclinaciones a actuar hacia diversos aspectos del mundo social presenten ciertas regularidades. A estas regularidades se las llama actitudes.

En este trabajo se realizó una medición de esas regularidades hacia un recorte del mundo social, hacia una minoría, que es la homosexual. Las principales preguntas que se intentaron responder fueron: ¿qué actitudes formaron los sujetos hacia la homosexualidad? ¿son en su mayoría positivas o negativas?

Para responder estas preguntas, se utilizó la escala más citada por la comunidad científica internacional que fue la construida por Hudson, W. & Ricketts, W. (1980), la cual fue titulada Index of Attitudes toward Homosexuality (IAH).

Se tradujo, entonces, la escala de los autores al español y fue aplicada a una muestra de estudiantes de la Universidad de Belgrano, efectuando así una prueba piloto de la escala que permitiera calcular su confiabilidad y validez.

La relevancia de este trabajo radica en la posibilidad, en un primer punto, de contar con un instrumento de medición de actitudes hacia la homosexualidad en el idioma español, ya que hasta el momento no se encontraron escalas en ese idioma. El poder contar con este instrumento implica la posibilidad de ser utilizado en investigaciones que tengan como fin la indagación del fenómeno de la homosexualidad.

Se considera de suma importancia comenzar a contar con instrumentos de medición, confiables y válidos empíricamente, que permitan conocer la forma en que la sociedad argentina ve, o considera, a la homosexualidad. Sabiendo con qué tipo de sociedad se enfrenta la comunidad gay, se podrán construir estratégias que permitan llegar a los núcleos discriminadores, desarticularlos y así lograr los derechos que le corresponden a dicha comunidad.

Sobre las Actitudes y el Prejuicio

La actitud se comprende hoy como una orientación sistemática de la conducta hacia determinados objetos del mundo social. El prejuicio, sin embargo, es un juicio previo, a priori, sin existencia de pruebas, como opiniones dogmáticas y desfavorables respecto a ciertos grupos y, por extensión, respecto a los miembros individuales que pertenecen a dicho grupo.

En Psicología Social se comprende al prejuicio como una actitud negativa y se lo diferencia de la discriminación ya que ésta es comprendida como el prejuicio hecho conducta. Entonces, la actitud sería el prejuicio y la discriminación sería la conducta.

A toda conducta discriminatoria, le subyace un prejuicio, ya que aquélla es objeto del mismo. Pero no todo prejuicio se transforma en conducta.

La escala que se utilizó en esta investigación, mide el componente afectivo del prejuicio (Sentimientos afectivos negativos frente a un objeto del mundo social - homosexualidad en este caso). Entonces, cuando, en adelante, se hable de homofobia se deberá entender que se habla del componente afectivo del prejuicio.

Método

Material Estímulo: La escala traducida al español, Indice de Actitudes hacia la Homosexualidad (IAH), cuenta con 25 ítems a ser respondidos por los sujetos mediante una escala tipo Likert de 1 a 5. Los resultados que arroja la escala van de 0 a 100 puntos.
Los sujetos que puntúan de 0 a 25 son sujetos con un “alto nivel de no - homofobia”, los que puntúan de 26 a 50 son sujetos con un “bajo nivel de no - homofobia”, los que puntúan de 51 a 75 son sujeto con un “bajo nivel de homofobia” y los que puntúan de 76 a 100 son sujetos con un “alto nivel de homofobia”.

Participantes:Se aplicó la IAH a estudiantes no graduados de la Universidad de Belgrano (n = 150), replicando lo realizado por Hudson, W. & Ricketts, W. (1980) en la Universidad de Manoa, Hawai. La muestra estaba compuesta por 60 (40%) sujetos de género femenino y 90 (60%) de género masculino. La edad promedio de la muestra fue de 21.13 años, respetando un rango que iba desde los 18 años hasta los 30 años de edad. La muestra fue seleccionada aleatoriamente. La participación de los sujetos en la investigación fue voluntaria.

Procedimiento:Los cuestionarios fueron aplicados en el bar de la Universidad de Belgrano a estudiantes que se encontraban solos en el mismo. Los cuestionarios fueron auto - administrados. Con el fin de controlar variables intervinientes, se contrató a un encuestador que lleve a cabo la toma de los cuestionarios. El encuestador contratado desconocía totalmente los objetivos de la investigación, como así también la escala a aplicar. Se le aclaró que cualquier sujeto podía formar parte de la investigación, que no debía seleccionar ningún sujeto por alguna característica en especial. Sólo podía darle los cuestionarios a personas que se encontrasen solas en el bar, sin ningún tipo de compañía visible. Tenía que entregar un cuestionario por vez, no podía haber varios sujetos respondiendo simultáneamente el protocolo. Los cuestionarios estaban ensobrados con el fin de resguardar la identidad y las respuestas de los respondentes.

Resultados

Confiabilidad: El “Alpha de Cronbach” de la IAH traducida al español fue de a = 0.89, lo que implica una confiabilidad elevada (89% de confiabilidad).

Validez: Se considera que la traducción realizada no afectó la validez construida por los autores originales de la escala.

Esto permite afrimar que la escala es confiable y válida para la medición de homofobia en hispano hablantes.

La media de puntaje del total de la muestra fue de 51.12, con un desvío estándar de 18.28. Este valor implica que la muestra presentó niveles muy bajos de homofobia.

Muy poca fue la diferencia en cuanto al porcentaje de sujetos ubicados en las categorías que presentan niveles de homofobia de los que no la presentan: un 47% no presenta niveles de homofobia y un 53% sí presenta niveles de homofobia.

En cuanto al análisis intramuestra se puede concluir que los sujetos femeninos presentan niveles más bajos de homofobia que los sujetos masculinos.

La mayoría de los sujetos femeninos no presenta niveles de homofobia: el 67% de los sujetos presenta niveles de no - homofobia, mientras que el otro 33% sí.

Los sujetos masculinos son los que presentaron niveles de homofobia más altos ya que el 67% se encuentra distribuido en las categorías homofóbicas mientras que el 33% restante se encuentra distribuido en las categorías que no indican presencia niveles de homofobia. Este resultado es exactamente opuesto al presentado por la muestra femenina.

Para conocer la homofobia con respecto a sujetos homosexuales del mismo sexo que el sujeto respondente, se utlizaron ciertos ítems específicos que estaban redactados simulando situaciones frente a homosexuales femeninos exclusivamente y hacia homosexuales masculinos exclusivamente. La homofobia de los hombres frente a hombres homosexuales creció aún más que la ya presentada frente a la homosexualidad en general. Las mujeres aquí, mostraron una ausencia casi total de homofobia. Pero, frente a mujeres homosexuales, se observó un incremento en los niveles de homofobia en mujeres heterosexuales, en contraposición a la ausencia de homofobia frente a la homosexualidad en general. Los hombres aquí demostraron su menor nivel de homofobia.

Discusión

Los resultados de la prueba piloto arrojaron que la muestra seleccionada de alumnos de la Universidad de Belgrano presenta muy bajos niveles de homofobia. Tal como se dijo al principio del trabajo, la homofobia representa al componente afectivo del prejuicio, o sea, el componente afectivo de valencia negativa de la actitud. De esto se puede inferir que los otros componentes de las actitudes formadas por los sujetos (comportamental y cognitivo) presentarían un cierto grado de consistencia con el componente afectivo medido en este trabajo. Entonces, en lo referido a lo comportamental pareciera que los sujetos tenderían a actuar no de un modo altamente negativo hacia los sujetos homosexuales y en lo referido a lo cognitivo, los sujetos no tendrían una imagen totalmente negativa del grupo homosexual o de sus miembros. Si no fuera así, los sujetos experimentarían un desequilibrio dado por la contradicción entre los componentes que llevaría a un malestar importante. Lo interesante sería contar con instrumentos de medición de los otros dos componentes para corroborar dicho equilibrio.

La media de la muestra fue dos puntos menor que la de la muestra de la investigación realizada por los creadores de la escala (Hudson, W. & Ricketts, W. 1980). Lo interesante de esto es que pasaron, entre una aplicación y otra de la escala, 20 años y los resultados fueron similares. Las muestras también son similares, ya que corresponden a estudiantes universitarios de culturas “occidentales y cristianas”. Esto lleva a pensar que los procesos de socialización en donde las actitudes son aprendidas no han cambiado, la cultura no ha producido un cambio en su forma de socializar a sus miembros. Los otros significantes son los encargados de transmitir el mundo social al niño recién venido al mundo. Pareciera que en veinte años la transmisión de las actitudes a los niños no ha cambiado demasiado, entonces, esto demuestra que la sociedad no ha podido hacer aún un cambio en torno a la predisposición a actuar frente a sujetos homosexuales o a grupos homosexuales.

Pero, llama la atención la diferencia existente entre los niveles de homofobia que presentan las mujeres con respecto a la presentada por los hombres. La mayoría de las mujeres no presentan niveles de homofobia. Esto habla de una socialización diferente entre hombres y mujeres, ya que la mayoría de los hombres sí presentan niveles de homofobia. Pareciera que a la mujer se le transmite, en la socialización, más tolerancia a la diversidad que a los hombres. Puede tener que ver con el rol social femenino más caracterizado por la sensibilidad, la comprensión, etc. Entonces las actitudes que se le transmiten están más caracterizadas por la tolerancia y la aceptación de la diferencia que por el rechazo. En cambio, pareciera ser que la socialización del hombre es más rígida. El hombre, en su rol social, tiene que dar la imagen de potencia, de hombría. Quizás, la homosexualidad para el hombre es un ataque a su rol social. Esto concuerda con que la homofobia de los sujetos masculinos subía aún más en las situaciones en las cuales se debían ver enfrentados con situaciones protagonizadas por homosexuales hombres.

Se considera también que la probabilidad del paso a la conducta discriminatoria de la muestra es, aparentemente, baja. Pareciera que en la Universidad de Belgrano los sujetos homosexuales no sufrirían discriminaciones por su condición sexual, y que, en todo caso, si las sufrieran, sería de parte de los hombres.

A modo de cierre, este artículo tiene como fin invitar a los teóricos de la Psicología Social a seguir a investigando la homosexualidad en relación a su impacto en el mundo social, a través de métodos confiables y válidos, que nos permitan conocer qué lugar ocupa la homosexualidad en el mundo social. Considero que, no podemos saber las causas de la homosexualidad si dejamos de lado el mundo en la cual está inmersa.