por Richard A Friend.
Entrada en Human Sexuality: An Encyclopedia, GARLAND PUBLISHING. INC. 1994, (Vol. 685) © 2006 Erwin J. Haeberle.
Definir Homofobia
Investigación sobre las Actitudes acerca de la Homosexualidad
La Construcción Social de la Homosexualidad
A George Weinberg se le acredita haber acuñado y popularizado el término "homofobia" en su libro La Sociedad y el Homosexual Saludable [Society and the Healthy Homosexual], que fue un hito. Usaba el término para explicar el miedo sentido por los heterosexuales cuando estaban cerca de los homosexuales, así como el odio por sí mismo que muchos homosexuales sienten en relación con au propia orientación sexual. Durante los 20 años que pasaron desde que Weinberg introdujo el término, se ha desarrollado un corpus de literatura que explora y critica su uso. EL uso común ha expandido la definición para incluir otras actitudes negativas sobre la gente gay y lésbica. Esta entrada reseña los debates de definiciones y los resultados de investigación relativos a las actitudes sobre la homosexualidad, y analiza brevemente el rol que la homofobia ha desempeñado como concepto emergente en la construcción social de la homosexualidad.
Definición de Homofobia
En 1967, Churchill usó el término "homoerotofobia" para describir un miedo cultural por el erotismo y la sexualidad del mismo sexo. La postura de Churchill era que las actitudes negativas sobre la conducta y la gente homosexuales son un reflejo de una cultura sexonegativa, en donde se cree que el impulso sexual presenta una amenaza para la organización social. La explicación posterior de Weinberg emergió de la teoría de Churchill. La homofobia, según Weinberg, aparece como un antagonismo dirigido hacia un grupo particular de personas. Inevitablemente lleva a despreciar a estas personas y a maltratarlas. Esta fobia en operación es prejuicio, lo que significa que podemos ampliar nuestra comprensión de él considerando la fobia desde el punto de vista de que es un prejuicio y descubriendo sus motivos principales.
De este modo, el uso de Weinberg de "homofobia" combina los conceptos tanto del prejuicio como de la discriminación. Sin embargo, definir el término de un modo tan inclusivo ha sido base de algunas objeciones contra su uso. Los críticos argumentan que el uso amplio de "homofobia" incluyendo la mayor parte de las reacciones negativas ante la homosexualidad limita la utilidad del término. Otros objetan el sufijo "-fobia" porque la mayoría de las víctimas de fobias comprenden que su miedo es disruptivo y reconocen que su respuesta es irracional. Sin embargo la persona homofóbica no siente comúnmente esta incomodidad. De hecho, como argumentó Herek, comúnmente se considera que no ser homofóbico es disfuncional. Dice que para ser considerado viril en la sociedad de hoy uno debe ser homofóbico, y que quienes no lo son a menudo son los rotulados como sospechosos. Dentro de este contexto, quienes son identificados como homofóbicos frecuentemente no rotulan esta condición como disfuncional o la experimental como irracional dado el ambiente en que viven.
Parece haber acuerdo de que para algunas personas una respuesta fóbica (como se la define tradicionalmente) ante la homosexualidad está presente, pero no puede explicar ni describir con precisión los modos complejos con que la mayoría de la gente experimenta la homofobia. Sin embargo, homofobia es todavía el término aceptado comúnmente para describir la gama de sentimientos y actitudes que a menudo dan como resultado conductas de evitación, bromas y sátira, violencia y homicidio, odio de sí mismo y suicidio.
Investigación sobre Actitudes relativas a la Homosexualidad
Con su explicación de la sicología de las actitudes positivas y negativas hacia las personas homosexuales, Herek provee una breve revisión general de la literatura sobre reacciones ante personas lésbicas y gays. Informa que los resultados son contradictorios sobre la relación entre la conformidad de rol sexual y las actitudes hacia estos grupos. Los patrones consistentes que han emergido en la literatura son que las personas con actitudes negativas hacia las personas gays y lesbianas tienen menos probabilidad de haber tenido contacto personal con ellos; también tienen menos probabilidad de informar haberse involucrado en conductas homosexuales o de denominarse a sí mismos lesbianas o gays. Tienen más probabilidad, especialmente si son varones, de percibir que sus pares manifiestan actitudes negativas; más probabilidad de haber residido en áreas donde las actitudes negativas son la norma; más probabilidad de tener más edad y tener menos educación; más probabilidad de ser religiosos, de asistir frecuentemente a la iglesia y de suscribir a una ideología religiosa conservadora; mayor probabilidad de expresar actitudes tradicionales y restrictivas sobre los roles sexuales o de sentir más culpa y negatividad sobre la sexualidad: y tienen más probabilidad de expresar altos niveles de autoritarismo y características de personalidad relacionadas.
En cuanto a las diferencias sexuales, la literatura es muy consistente en términos de la dirección e intensidad de las actitudes. Los heterosexuales muestran una tendencia a actitudes más negativas hacia los homosexuales de su propio sexo que el otro del otro sexo, y se informan más actitudes negativas de varones que de mujeres.
Herek provee su propio modelo para explicar actitudes hacia la homosexualidad. Argumentando que las actitudes prestan servicio a las necesidades sicológicas, sugiere que es probable que las propias actitudes hacia la gente gay y lésbica satisfagan tres necesidades fundamentales: (1) experiencial, (2) defensiva y (3) simbólica. Las actitudes experienciales son el resultado de sentimientos e ideas asociados con contactos pasados con personas gays y lésbicas, asociaciones con las que se usan para hacer generalizaciones sobre todos los gays y lesbianas. Las actitudes defensivas emergen para ayudar a un individuo a tratar con una lucha o ansiedad interna inconsciente, proyectándola hacia las personas lésbicas y gays. Es probable que las actitudes funciones defensivamente cuando el individuo percibe alguna similaridad entre su propio conflicto inconsciente y las personas homosexuales. Una función simbólica se produce cuando las actitudes expresan conceptos ideológicos abstractos que son integrales a las propias identidades personales y del grupo. Las actitudes simbólicas expresan valores importantes para el propio concepto del yo, por lo cual ayudan a los individuos a establecer su identidad y afirmar su idea del tipo de persona que perciben que son. Al mismo tiempo, las actitudes median las relaciones hacia otros importantes individuos y grupos de referencia. De este modo, gente que piensan de sí mismas que son “buenos cristianos” pueden mantener ideas negativas hacia la homosexualidad, si ésta es consistente con la interpretación cristiana de la homosexualidad hecha por su grupo de referencia. De igual modo, gente que se conciben a sí mismos como libertarios cívicos pueden mantener actitudes más positivas como resultado.
Si bien el modelo de Herek conceptualiza las actitudes homofóbicas con referencia a las necesidades sicológicas que atiende, el estudio de Ficarrotto fue diseñado para entender los roles independientes del conservadorismo sexual y el prejuicio intergrupal en el desarrollo de la personalidad homofóbica. Informa que tanto el conservadorismo sexual como el prejuicio social son independientes y predictores iguales de sentimientos antihomosexuales. Dado que las personas puede mantener las mismas actitudes y creencias por diferentes razones, Ficarrotto saca la conclusión de que para algunas personas la homofobias puede ser una función de un conjunto de creencias rígidas y sentimientos muy arraigados de que la sexualidad es negativa. Para otros, la homofobia puede ser explicada mejor como una tendencia de personalidad general hacia el prejuicio. De modo acorde, alguien que sea racista y sexista también puede ser homofóbico, pero no toda la gente que mantiene actitudes racistas y sexistas es necesariamente homofóbica.
La homofobia tiene múltiples raíces y significados. Cualesquiera intentos para cambiar las actitudes individuales van a requerir una gama de intervenciones que individual y colectivamente enfoquen las diferentes necesidades sicológicas mantenidas por estos diversos sistemas de creencia. A pesar de esto, hay evidencia de que algunos programas educacionales son efectivos en la promoción de actitudes más positivas hacia la homosexualidad.
Dada la aparente relación entre la homofobia y los problemas de la violencia antigay y antilésbica, el sexismo y el suicidio adolescente, combatir la homofobia continúa siendo una parte importante de las agendas de los movimientos políticos lésbicos, gays y bisexuales de los Estados Unidos.
La Construcción Social de la Homosexualidad
Es importante advertir el rol que el uso de Weinberg del término "homofobia" juega en moldear el discurso público relativo a la homosexualidad. El foco de Weinberg en las actitudes, prejuicios y conductas homofóbicas discriminatorias relacionadas es significativo en relación con los cambios ideológicos en la construcción social del significado de la homosexualidad. Aunque los significados adscritos a la persona homosexual han variado históricamente, en la cultura occidental a lo largo de unos pocos siglos últimos estas variadas identidades han compartido el elemento común de ser desvalorizadas. Los significados han incluido la pecaminosidad, la criminalidad y la enfermedad.
Dentro del clima político del movimiento de derechos civiles y la segunda ola del movimiento de mujeres en los Estados Unidos, la liberación gay emergió públicamente a fines de la década de 1960. Parte de la agenda política era combatir el modelo médico que rotulaba a la homosexualidad como enferma o patológica y reenfocarse en las libertades civiles del individuo. Como consecuencia, ahora a menudo las personas lésbicas, gays y bisexuales son vistas como miembros de un grupo minoritario con la experiencia compartida de la opresión debida al prejuicio y la discriminación. Esto es en contraste con la visión popular de que la gente lésbica, gay y bisexual comparte un diagnóstico siquiátrico con otros desviados.
El uso de Weinberg del lenguaje médico para hablar de la enfermedad de la homofobia y el homosexual saludable es simbólico del cambio que estaba alterando el significado socialmente construido de la homosexualidad. Dada la rebelión de Stonewall de 1969, que simbolizó el comienzo del movimiento de liberación gay contemporáneo en los Estados Unidos, y la presión de los primeros años de la década de 1970s sobre las asociaciones norteamericanas de siquiatras y sicólogos para que quitaran a la homosexualidad de sus listas de desórdenes mentales, puede considerarse que la obra de Weinberg contribuye a y emerge de una nueva perspectiva.
Si bien la pecaminosidad, la criminalidad y la enfermedad mental son vistas como significados históricamente adscritos a la homosexualidad, todavía persisten hoy en día en diversas formas. Este análisis no tiene la intención de sugerir que las ideas sobre homosexualidad han sido alteradas íntegramente con la introducción del concepto de homofobia. En lugar de ello, el discurso relativo a la homofobia ha sido intrincadamente relacionado con esta ideología cambiante dando apoyo a la conceptualización de la gente lésbica, gay y bisexual como minoría sexual. Hay claramente una aceptación aumentada para enmarcar la homofobia, y no la homosexualidad, como un problema social hoy en día, y esto es en parte función del discurso sobre homofobia iniciado por Weinberg.
Si bien definir y analizar el "problema de homofobia" ha contribuido a crear un ambiente social más aceptante para que en él vivan las personas lésbicas, gays y bisexuales y hagan significativas sus vidas, hay todavía una resistencia significativa a esta resistencia en este cambio de marco de referencia. Escribiendo para el grupo derechista de vigilancia Mujeres Preocupadas por Norteamérica [Concerned Women for America], por ejemplo, Lussier dice:
“Hasta hace pocos años, solamente los grupos étnicos y los discapacitados han sido considerados minorías legales. Los miembros de estos grupos no tienen control sobre los factores que causaron que sean una clase protegida. Sin embargo, los homosexuales que eligen involucrarse en conducta antinatural no son considerados minorías en ningún sentido legal. Pero si se los deja hacer eso cambiará.”
Como Agüero, Bloch y Byrne indican, el mayor disgusto ante la homosexualidad está entre aquellos cuyos sentimientos son negativos y creen que la homosexualidad es un "problema" aprendido. Claramente, Lussier estaría en desacuerdo con la evaluación de Agüero, Bloch, y Byrne así como de Herek en el sentido de que ella es homofóbica y que sus actitudes probablemente sirven a una necesidad simbólica. De hecho, ella alienta a los ciudadanos “preocupados” a "rezar; educar a otros sobre este asalto contra los valores de la familia tradicional, y decirles a los funcionarios elegidos, a la prensa y a otros que no somos 'homofóbicos.' En lugar de ello, somos personas que se preocupan por el futuro de la familia y nuestra nación, y que resentimos que personas inmorales impongan su estilo de vida en nuestros hijos usando los dólares de nuestros impuestos."
Examinar la investigación en homofobia claramente hace resaltar cómo las dimensiones personales y emocionales de la sicología individual se intersecan (lo mismo pasa con la compleja sicología social del conflicto intergrupal, el prejuicio y las ideologías sexuales y políticas cambiantes). Si bien muchas más personas lésbicas, gays y bisexuales están viviendo vidas abiertas basadas en la autoaceptación, la autodefinición y la afirmación existe todavía un poderoso clima de violencia y opresión activas. La dialéctica entre odio y aceptación continúa.
REFERENCIAS
Aguero, J.E., L. Bloch, and D. Byrne. The Relationship Among Sexual Beliefs, Attitudes, Experience and Homophobia. Journal of Homosexuality, Vol. 10 (Fall 1984), pp. 95-107.
Churchill, W. Homosexual Behavior Among Males: A Cross-Cultural and Cross-Species Investigation. New York: Hawthorn, 1967.
Ficarrotto, T.J. Racism, Sexism, and Erotophobia: Attitudes of Heterosexuals Toward Homosexuals. Journal of Homosexuality, Vol. 19 (1990), pp. 111-16.
Friend, R.A. Choices, Not Closets: Heterosexism and Homophobia in Schools. In L. Weis and M. Fine, eds., Silenced Voices. Buffalo: State Univ. of New York: Press, in preparation.
Herek, G.M. Beyond "Homophobia": Social Psychological Perspective on Attitudes Toward Lesbians and Gay Men. Journal of Homosexuality, Vol. 10 (Fall 1984), pp. 39-51.
Lussier, E. Gay. Activists Press Teachers on Sexual Minorities. Concerned Women for America, Vol. 13 (Aug. 1981), pp. 1, 11-12.
Weinberg, G.H. Society and the Healthy Homosexual. New York: St Martin's Press, 1972.