Archives of Sexual Behavior‚ Vol. 27‚ No. 1‚ 1998
Whitam‚ Daskalos‚ Sobolewski y Padilla. Págs. 31-56.
La Emergencia Transcultural de Sexualidad e Identidad Lésbicas: Brasil‚ Perú‚ Filipinas‚ y EEUU
Frederick L. Whitam‚ Ph.D.‚1‚2 Christopher Daskalos ‚ Ph.D.‚1
Curt G. Sobolewski‚ M. A.‚1 an d Peter Padilla‚ Ph.D.1
1 Departamento de Sociología‚ Arizona State University‚ Tempe‚ Arizona 85287-2101.
2 A quien debe dirigirse la correspondencia.
[Traducción de Rafael Freda. He suprimido datos demográficos y tablas que pueden consultarse en el original inglés, solicitándomelo a
Se recolectaron datos de cuestionarios de 205 lesbianas y 224 mujeres heterosexuales en Brasil‚ Perú‚ Filipinas y los Estados Unidos entre 1981 y 1988. Los ítems incluyen dirección de los intereses sexuales de infancia, la edad de primera conciencia de atracción sexual, atracciones del sexo opuesto, edad de primer contacto sexual, sexo de la pareja en el primer contacto sexual, edad de conciencia de que las atracciones sexuales eran serias, y edad de comprensión de la orientación sexual adulta. En general, se encontraron similaridades en el desarrollo de la sexualidad lésbica y diferencias entre mujeres lesbianas y heterosexuales, sin tener en cuenta la cultura. Los resultados incluyen: las lesbianas cuando niñas eran más sexualmente activas y desplegaban más interés sexual en las niñas que las heterosexuales en los niños; las lesbianas tendían a llegar a ser conscientes de su atracción a las mujeres antes de que las heterosexuales hicieran comprendiesen que estaban atraídas a los hombres; las lesbianas informaron considerablemente más atracción temprana a los hombres que las heterosexuales a las mujeres; las lesbianas informaron contacto sexual más temprano que las mujeres heterosexuales; el sexo de la pareja en el primer contacto sexual en el caso de las lesbianas se dividía a grandes rasgos por partes iguales entre mujeres y varones, en tanto que las heterosexuales informaban contacto casi exclusivamente con varones; la conciencia de infancia de que las atracciones sexuales eran serias fueron similares en lesbianas y heterosexuales; las lesbianas se definieron a sí mismas como homosexuales más tarde que las heterosexuales se definían a sí mismas como heterosexuales. Sacamos como conclusión que las normas para la conducta heterosexual tienen impacto en el desarrollo de la sexualidad e identidad lésbica poniendo impedimentos, pero no borrando, su desarrollo. La identidad y sexualidad lésbica eventualmente emergen a pesar de la cultura.
PALABRAS CLAVE: homosexualidad; lesbianas; transcultural; identidad sexual. [homosexuality; lesbians; cross-cultural; sexual identity.]
[En la traducción he suprimido los datos demográficos y las tablas para facilitar la lectura. N. del T.
INTRODUCCIÓN
Aunque algunos observadores (Weeks‚ 1977; Greenberg‚ 1988; Trumbach‚ 1994) consideran que la emergencia de hombres gay y lesbianas es el resultado de patrones estructurales sociales únicos en su género, es probable que las lesbianas, como los gays, aparezcan en todas las sociedades. La Gaia’s Guide International (1988) ‚ la principal guía internacional para lesbianas viajeras, pone en lista bares lésbicos, cafés y librerías y otras instalaciones y organizaciones lésbicas en muchos países de todo el mundo, incluyendo lugares tan dispares como Austria, la República Dominica, la India, Israel, Japón y Yugoeslavia. Si bien esta guía no es tan abarcativa como la Spartacus International Gay Guide (1989) para los hombres‚ la Gaia’s Guide International sugiere que las lesbianas no son una creación única e incomparable de las sociedades de Europa Occidental, sino probablemente un aspecto universal de las formas de disposición de orientación sexual humana. Aunque no conocemos el porcentaje exacto de lesbianas en diversas sociedades, probablemente comprenden un porcentaje relativamente pequeño de la población de todas las sociedades. Gebhard (1972)‚ al reexaminar los datos originales de Kinsey, sacó la conclusión de que las lesbianas comprenden del 1 al 2% de las poblaciones de mujeres de los Estados Unidos y las sociedades de Europa occidental. Esta estimación es consistente con la estimación más reciente de 1.4% informada por Laumann et al. (1994). Debería decirse desde el principio que si bien no es posible una medición completamente precisa de la incidencia de las lesbianas, los cuatro países estudiados (Brasil‚ Perú‚ las Filipinas y los Estados Unidos) tienen poblaciones de lesbianas pequeñas pero significativas. Ninguno parece tener más lesbianas, hablando relativamente, y el porcentaje parece consistente con estas estimaciones.
Aunque es probable que las lesbianas existan en todas las sociedades, hay muchas brechas y limitaciones en nuestro conocimiento de la conducta lésbica transculturalmente. Por ejemplo, no sabemos si la sexualidad lésbica es similar en todas las sociedades o si está sujeta a una variabilidad cultural significativa. No podemos responder todas las preguntas pertinentes sobre la sexualidad lésbica transculturalmente, dadas las limitaciones de nuestras muestras y el hecho de que tenemos datos solamente para cuatro sociedades. Sin embargo, nos proponemos explorar más específicamente el desarrollo de la identidad y sexualidad lésbidas desde una perspectiva transcultural. La mayor parte de la investigación en sexualidad e identidad lésbicas ha sido conducida con muestras anglosajonas (e.g.‚ Cass‚ 1979; Troiden‚ 1988; Kitzinger y Wilkinson‚ 1995). Como consecuencia, hay de parte de los investigadores una tendencia a aceptar que el modelo anglosajón de desarrollo de sexualidad e identidad lésbicas es válido para todas las lesbianas en general. Nuestras dos principales preguntas guía, a medida que exploramos los datos relevantes, son: (i) ¿Son las lesbianas de las cuatro sociedades similares en relación con el desarrollo de sexualidad e identidad? (ii) ¿Son las lesbianas de las cuatro sociedades similares a las mujeres heterosexuales de esas sociedades en relación con el desarrollo de sexualidad e identidad?
RECOLECCIÓN DE DATOS
Este informe se basa en datos de cuestionarios obtenidos de grupos de lesbianas y grupos comparativos de mujeres heterosexuales en cuatro sociedades (Brasil, Perú, Filipinas y Estados Unidos) de 1981 a 1988. Esta investigación originariamente tenía la intención de ser un análisis paralelo a un estudio de la homosexualidad del varón en Brasil, Guatemala‚ las Filipinas y los Estados Unidos, informado por Whitam y Mathy in 1986. Por razones legales, no fue posible volver a Guatemala para recolectar material lésbico; de aquí que Perú‚ el país latinoamericano más parecido a Guatemala en características de trasfondo social, tomó el lugar de Guatemara. Además, se decidió expandir la investigación para incluir a Indonesia y Tailandia. El investigador principal había hecho intentos de entrevistar lesbianas en Indonesia en 1990 y a lesbianas tailandesas en 1994. Esto probó ser más difícil que lo anticipado por una variedad de razones: la falta de disposición e las lesbianas para hablar sobre sus vidas, las barreras de lenguaje y, en el caso de Indonesia, que el gobierno hubiera prohibido a los ciudadanos indonesios hablar con periodistas y científicos sociales extranjeros.
Se hizo un esfuerzo para obtener el espectro más amplio posible de lesbianas en lo que concierte a la edad, la clase social, la etnicidad y otras características de trasfondo social. Cuatro características de trasfondo (edad, clase social de los progenitores, clase social de los respondientes e identificación étnica) se presentan al final de la discusión de cada país. Hay una comparabilidad general de mujeres heterosexuales y homosexuales para cada sociedad. La composición de la muestra total de 429 respondientes es: Brasil: 61 mujeres heterosexuales y 61 lesbianas; Perú: 49 mujeres heterosexuales y 42 lesbianas; Filipinas: 49 mujeres heterosexuales y 55 lesbianas; los Estados Unidos: 65 mujeres heterosexuales y 49 lesbianas.
Brasil
Comenzando en 1984, ubicamos lesbianas brasileñas en Salvador, Bahía, la capital colonial de Brasil, una ciudad de más de 2 millones de personas. Usando una versión portuguesa de un cuestionario, se generaron respuestas a una variedade de preguntas que trataban del desarrollo de la sexualidad e identidad.
Se entró en la comunidad lésbica inicialmente a través del contacto con un grupo llamado Grupo Libertário Homossexual‚ que primordialmente consistía en lesbianas de clase media con sus amigas. En adición a los cuestionarios completados, este grupo proveyó valioso consejo y descripciones relativas a la comunidad lésbica de Salvador. Con este conocimiento, se hicieron esfuerzos para obtener respondientes a través de varias redes sociales, extendiéndose en tantas direcciones como fueron posibles. El Grupo Gay da Bahia‚ un grupo de hombres, también ayudó al proveer contacto con lesbianas y mujeres heterosexuales que conocía. Además de las mujeres conocidas por estos grupos organizados, se hizo contacto con lesbianas que frecuentaban y bar mixto de gays y lesbianas de clase baja. Algunas lesbianas de este bar formaron la base de otra red medular, que distribuyó cuestionarios en otra extensión de clase baja. Se pagó a un asistente de investigación varón para que distribuyera cuestionarios a a mujeres lésbicas y heterosexuales conocidas en un barrio de clase baja. A un estudiante de antropología de la Universidad Federal de se le pagó para distribuir cuestionarios a mujeres heterosexuales, primordialmente alumnos universitarios de clase media.
En 1986 se obtuvieron más cuestionarios de lesbianas de Salvador. En este momento el Grupo Libertário Homossexual ya no existía, y se desarrollaron nuevos contactos. Dos asistentes lésbicas de investigación (alumnas universitarias) usaron los cuestionarios como programación de entrevistas para obtener tanto respondientes lésbicas como heterosexuales. Las respondientes se obtuvieron de diversas redes: un bar lésbico de clase baja, un bar de clase baja gay y lésbico, un bar de clase media gay y lésbico, una oficina gubernamental, un barrio de clase media y clases universitarias. Estos entrevistadoras fueron también valiosas informantes en cuanto a la vida lésbica de Salvador. Un alumno varón graduado en sociología en la Universidad Federal de Bahía también distribuyó cuestionarios a mujeres lesbianas y heterosexuales en un barrio de clase baja donde vivía, en un bar de barrio perteneciente a su hermano, en clases de la universidad, y en redes de amigos.
Las lesbianas brasileñas parecen ser bien toleradas en la sociedad brasileña y disfrutan de un alto grado de libertad personal. Sin embargo, algunas respondientes informaron que bajo el gobierno militar anterior las lesbianas, junto con los homosexuales varones, los negros, los pobres y otros, eran sujetas a arresto arbitrario y otras formas de hostigamiento en una “demostración de poder.” Más recientemente, a causa de la epidemia de SIDA que es particularmente virulenta en Brasil (Whitam‚ 1988)‚ la homofobia se ha incrementado significativamente. El Grupo Gay da Bahia informa que 320 hombres y mujeres homosexuales fueron asesinados en violencia antihomosexual durante los primeros ocho años de la epidemia de SIDA (Paz y Liberación‚ 1989) . Sin embargo, un importante aspecto de las actitudes brasileñas es el apoyo público y ampliamente difundido de derechos civiles para los homosexuales. La opinión pública brasileña en general no condona la represión de homosexuales y la nueva constitución brasileña prohíbe la discriminación basándose en la orientación sexual.
Las lesbianas de Brasil así como las de las otras tres sociedades reconocen dos subgrupos de lesbianas, masculinas y femeninas. La terminología que refleja esta dicotomía ha emergido y es de uso común. En Brasil‚ el término más ampliamente comprendido para lesbiana es lésbica; sin embargo, las lesbianas brasileñas prefieren el término entendida‚ feminización de entendido‚ un término ampliamente usado para homosexuales varones, equivalente en general al término norteamericano “gay.” La palabra inglesa “lady” es a veces usada para referirse a lesbianas femeninas, en tanto que radical y el plural plural radicais se refieren a las lesbianas masculinas que se visten en ropas de varón, tienen el pelo corto e imitan a los hombres de otros modos. También de uso común son los términos ativas y passivas; el primero designa a las lesbianas más masculinas y el segundo a las más femeninas.
Las lesbianas brasileñas son mucho más abiertas y viven una existencia mucho más públicas que las de la mayoría en otras sociedades latinoamericanas. En Salvador las radicais pueden ser vistas en público en los cafés con mesas en la vereda, vestidas con ropas de mujer y mostrando cortes de pelo de varón bien cortos. Hay también un grupo creciente de modernas‚ lesbianas con educación universitaria que no participan en desempeñar roles y valoran las relaciones igualitarias.
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Perú
A comienzos de 1986‚ una asistente de investigación paga (una periodista de educación universitaria) comenzó a distribuir una versión en español del cuestionario entre lesbianas y mujeres heterosexuales de educación primaria, profesionales, lesbianas y mujeres heterosexuales de clase media media y de clase media alta de Lima, capital de Perú y principal área urbana, con una población de alrededor de 5 millones. En el verano de 1986‚ cuando el investigador principal llegó a Lima, se hizo contacto con lesbianas y mujeres heterosexuales de clase baja a través de una maestra de escuela pública que consiguió ambos tipos de respondientes de su barrio de clase baja. Por lo tanto, algunas respondientes de clase baja están incluidas en la muestra donde predomina la clase media.
La investigación en Perú fue conducida en un momento particularmente difícil de la historia del país. El terrorismo del maoísta Sendero Luminoso estaba en su cumbre,los tanques del gobierno estaban en las calles de Lima, bombas terroristas explotaban diariamente en varias partes de la ciudad, incluyendo un restaurante donde se condujeron algunas entrevistas, y se colocó toque de queda para toda la población a la 1 AM.
Las actitudes hacia las lesbianas en Perú son algo ambivalentes. La actividad lésbica no es criminalizada ni las actitudes públicas parecen ser particularmente negativas. Durante las entrevistas de 1986 las respondientes lésbicas de Lima informaron consistentemente tolerancia muy difundida para la actividad lésbica. Sin embargo, una queja fue la explotación de los homosexuales, mujeres y hombres, que hacía la prensa creando nuevos escándalos para aumentar su circulación. A decir verdad, en 1987, un año después de que se condujeron las entrevistas, se produjo una razzia policial en el único bar lésbico de Lima y 72 lesbianas fueron arrestadas y televisadas con alcance nacional. Varias de las respondientes de este informe estuvieron involucradas en este incidente.
Las lesbianas peruanas a menudo se refieren a sí mismas como activa‚ la lesbiana más masculina, y pasiva‚ la más femenina. Una relación es pareja‚ término que también puede usarse para referirse a la amante como mi pareja. Los términos más comúnmente usados en Lima para referirse a la dicotomía feminina/masculina son femme refiriéndose al miembro de la pareja más femenino y chito refiriéndose al miembro de la pareja más masculino. Chito se deriva de machito‚ el diminutivo de macho. Si bien el término lesbiana se conoce, no se considera educado. El término moderna es usado por algunas lesbianas peruanas para referirse a lésbicas educadas, de clase media profesional, que han rechazado la tradicional dicotomía masculina /femenina.
Las lesbianas de Lima se quejaron mucho sobre la falta de redes organizadas, restaurantes o cafés donde se pudieran encontrar las lesbianas. El único bar exclusivamente lésbico de Lima es un establecimiento de clase media donde se excluye a los hombres. Sus clientas se visten de acuerdo con normas estrictas de desempeño de roles y se conducen concordantemente. Las chitos típicamente se visten con ropas de hombre, incluyendo pantalones de hombre, zapatos, rompevientos y pelo muy corto. Las femmes se visten con ropa convencial de mujer como pantsuits‚ jeans‚ polleras, blusas y pulóveres. Entre las lesbianas peruanas prevalecen normas muy estrictas en relación con la actuación pública de los roles de la chito y la femme. Por ejemplo, una femme no puede invitar a bailar a una chito. En una instancia una femme invitó a bailar a una chito y la chito respondió enojada: “Eres una femme, no podés invitar a bailar a una chito; volvé a tu mesa.” Algunas lesbianas toma sobrenombres masculinos. Por ejemplo, la patovica [bouncer] lesbiana de un bar homosexual de Lima prefiere que la llamen “Chato‚” un sobrenombre masculino común.
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Filipinas
Las entrevistas de respondientes filipinas comenzaron en 1981 en Cebú, una ciudad de dos millones, la segunda ciudad en tamaño de Filipinas y la “capital” de las Visayas‚ grupo de islas de las Filipinas centromeridionales. Dos estudiantes de sociología de la Universidad de San Carlos trabajaban como asistentes pagos de investigación. Se habían hecho amigas de algunas lesbianas el año anterior, mientras conducían una investigación social no relacionado tanto en barrios de clase baja como de clase media de Cebu. Estos contactos sirvieron como punto de inicio para el contacto con redes lésbicas de estos barrios.
La recolección de datos en Filipinas se demoró por los tumultuosos sucesos políticos de mediados de la década de 1980 en los que fue asesinado Ninoy Aquino y Ferdinando e Imelda Marcos fueron expulsados del poder, y Corazón Aquino fue electa presidenta. En 1988 el investigador principal volvió a Cebu a reunir nuestras muestras de respondientes heterosexuales y homosexuales de las clases baja y media. Fue asistido por un profesor de Inglés de la Universidad de San José-Recoletos en Cebu. Este asistente tenía contactos con lesbianas y trabajó como investigador pago en el verano de 1988 ayudando a entrevistar a mujeres homosexuales y heterosexuales de los mismos barrios.
En Ciudad Cebu, donde se hizo trabajo de campo con lesbianas filipinas, el término lakin-on se refiere a lesbianas en lenguaje cebuano, pero no es ampliamente usado. La palabra inglesa “tomboy” [varonera; en español no tiene connotación sexual. N del T.] es universalmente usada y entendida. Como muchas otras palabras extranjeras, tomboy se ha vuelto parte del lenguaje cebuano y no es percibida por las lesbianas cebuanas como palabra extranjera. Si una tomboy tiene una amante que vive con ella se refiere a su pareja como una “live -in” [en español, “cama adentro”, N. del T.]
A menudo los occidentales consideran a las Filipinas como una extensión de la sociedad española o la sociedad norteamericana. Aunque permanecen influencias de la colonización española y norteamericana, la cultura sexual de Filipians es en gran medida asiática meridional. La vida lésbica en las Filipinas es muy diferente de la de las lesbianas de sociedades norteamericanas y latinoamericanas.
Una importante diferencia en relación con las otras tres sociedades que las lesbianas filipinas buscan mujeres heterosexuales para relaciones. En Brasil, Perú y los Estados Unidos las lesbianas en general se emparejan con otras lesbianas, pero las relaciones lesbiana / lesbiana son ajenas a las normas de las lesbianas filipinas. La para ideal para las lesbianas filipinas es una mujer heterosexual, que puede ser cortejada durante sus años de adolescente o una que recientemente haya sufrido un matrimonio abusivo o infeliz. Una respondiente lésbica filipina cuando se le preguntó si temía que su cama adentro heterosexual la dejara algún día por un marido varón, replicó: “Por supuesto que a veces lo temo, ¿pero qué puedo hacer? Ésta es la naturaleza de nuestras vidas”.
Las Filipinas son notables por su tolerancia de los homosexuales varones y mujeres, travestis y transexuales. Las Filipinas no criminalizan ninguna de estas formas de sexualidad variante, y las considera una parte normal de la vida cotidiana de la sociedad filipina. La hostilidad hacia las lesbianas es rara, pero a veces se provoca cuando una joven mujer heterosexual decide formar pareja con una lesbiana. Entonces la familia puede entrar en la situación para mantener a su hija lejos de la lesbiana en la esperanza de preservarla para un matrimonio heterosexual apropiado.
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Estados Unidos
A las mujeres inscritas en un curso de “Sexualidad Variante” en la Universidad Estatal Southwestern se les pidió que fueran asistentes de investigación entre 1982 y 1986. Al comenzar cada semestre de esos años, se anunciaba a la clase que se deseaban lesbianas de todos los tipos y edades, sin tomar ningún criterio en consideración, para un “estudio transcultural de la sexualidad humana”.
Durante ese período las lesbianas conectadas con varias redes diferentes distribuyeron el cuestionario que fue completado de modo anónimo y devuelto por correo. Durante el mismo período (1982-1986) ‚ a los estudiantes heterosexuales varones y mujeres se les pidió que distribuyeran cuestionarios a amigas mujeres. También estos cuestionarios fueron completados anónimamente y devueltos por correo, y sirvieron como grupo de comparación. Todos los respondientes vivían en Fénix, Arizona, área metropolitana con una población de más de dos millones.
En los Estados Unidos las relaciones homosexuales son todavía criminalizadas en casi la mitad de los 50 estados norteamericanos. En algunos casos las penalidades llegan a veinte años de prisión. En 1986, una Corte Suprema conservadora de los Estados Unidos en la decisión Bowers v. Hardwick mantuvo la legalidad de las leyes que criminalizaban los actos homosexuales. Si bien las lesbianas no son a menudo arrestadas bajo estas leyes, y sigue estando la pregunta de si las lesbianas pueden ser juzgadas por sodomía en muchos estados, a las que viven en estados y municipalidades sin protección legal se les puede negar alojamiento, acceso a las facilidades públicas o pueden ser despedidas de su trabajo por ser lesbianas. Un problema persistente en los Estados Unidos es la negativa a las lesbianas de la custiodia de sus hijos de matrimonios heterosexuales. Las lesbianas norteamericanas a veces son víctimas de hostigamiento, violencia e incluso asesinato por su orientación sexual.
En los Estados Unidos, “lesbiana” es el término general preferido. Hasta hace pocos años, los términos “gay” y “mujer gay” eran ampliamente usados en Fénix e incluso hoy algunas mujeres prefieren estos términos a “lesbian.” Los términos “fem” y “butch” o “butchie ” son los más comunes que usan las lesbianas mismas para referirse a las lesbianas femeninas y masculinas, respectivamente. Los términos
“dyke ” y “bull-dyke ” son usados peyorativamente para referirse a las lesbianas, aunque a veces las lesbianas políticamente conscientes pueden usar estas palabras como una afirmación política.
Muchas lesbianas con orientación política de los Estados Unidos objetan al desempeño de roles considerándolo una extensión de la represión patriarcal, pero hay un reconocimiento muy difundido de que desempeñar roles ha sido parte de la conducta lésbica históricamente y hasta cierto grado continúa entre las lesbianas de más edad y las que viven en ciudades pequeñas y ciudades fuera de la corriente principal de pensamiento contemporáneo lesbofeminista. Si muchas lesbianas norteamericanas han en gran medida abandonado el desempeño de roles, las lesbianas de Perú, Brasil y Filipinas tienden a aceptarlo como una parte ordinaria de la vida lésbica y muchas lo perpetúan activamente.
(…)
Ninguna de las asistentes de investigación de este proyecto sabía con precisión por qué se estaba haciendo esta investigación ni qué ideas estaban siendo examinadas. En todos los casos donde su usaron asistentes locales, se les dijo que el estudio era un examen transcultural de la sexualidad en diversos países. Con la excepción de Lima, las ciudades en que se condujo la investigación son similares en tamaño.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Las tablas que siguen son las que tienen más relación con el desarrollo de la identidad y sexualidad lésbicas. Las tablas de I a V tratan principalmente de sexualidad, en tanto que las tablas VI y VII tratan de lo que generalmente se llama “identidad lésbica.” Se computaron y presentaron análisis de diferencias Chi al cuadrado entre mujeres heterosexuales y lesbianas, así como diferencias entre lesbianas de las cuatro sociedades y diferencias entre mujeres heterosexuales de las cuatro sociedades. Como casi todas las tablas contienen celdas con menos de cinco respuestas, se computó para todas las tablas la corrección de continuidad de Yates. El análisis chi al cuadrado no es una técnica completamente satisfactoria para entender estos datos a causa de la complejidad de las tablas. Examinar los datos buscando tendencias generales es igualmente importante.
Dirección de Interés Sexual de Infancia
La Tabla I resume datos que tratan con la dirección del interés sexual de infancia, el cual refiere a si las respondientes en el juego sexual de infancia estaban más interesadas en y excitadas por nenes o por otras nenas. En el juego sexual de infancia las lesbianas desplegaban más interés sexual en otras nenas que las mujeres heterosexuales en los varoncitos. Las atracciones sexuales lésbicas entraron a jugar un rol tempranamente y podemos ver un patrón emergente de atracciones lésbicas en la infancia. Tres de cuatro sociedades reflejan este patrón de juego sexual de infancia consistente con la orientación sexual adulta. En los EEUU más lesbianas informan juego sexual temprano con nenes que con nenas. Incluso así, 27% informan juego sexual con otras nenas. En perspectiva transcultural, las lesbianas a menudo son atraídas a otras niñas en la infancia.
El hecho de que los datos de EEUU no reflejen este patrón causa perplejidad. Mientras Cass (1979)‚ por ejemplo, presume que la sexualidad e identidad lesbianas comienzan a la pubertad, nuestros datos sugieren que las atracciones sexuales lésbicas frecuentemente emergen en la infancia.
Entre 34.1% y 54.4% de las lesbianas en las cuatro sociedades no recordaban ningún interés sexual de infancia. En tres de las cuatro sociedades, el porcentaje ronda alrededor del mismo número: Brasil = 36%; Perú = 34.1% ; Estados Unidos = 34.1% . En Filipinas el 54.5% de las lesbianas no recordaban intereses sexuales de infancia. Las mujeres heterosexuales parecen diferir de las lesbianas en que tienen mucha menos probabilidad de haber tenido intereses sexuales infantiles. Que las mujeres heterosexuales no informen intereses sexuales de infancia va del 50% en Brasil al 87% en Perú.
Muchos sociólogos (e.g.‚ Gagnon and Simon‚ 1973) enfatizaron la idea de que la conducta sexual es primordialmente social en origen, y que es resultado de guiones sociales; sin embargo, muy poca socialización de parte de los progenitores tiene impacto sobre el juego sexual de infancia. Sin embargo, la sexualidad lésbica comienza claramente en la infancia, lo que se advierte particularmente en Brasil‚ las Filipinas y Perú. Solamente en los Estados Unidos las lesbianas en la infancia se sienten inclinadas al juego sexual con nenes más que con nenas. Presumiblemente la socialización de normas y actitudes progenitoriales sobre el sexo infantil operan igualmente en relación con heterosexuales y homosexuales porque todas las nenas desde el punto de vista de los progenitores se presume que eventualmente se volverán heterosexuales. Sean cuales fueren las razones, parece claro que las ninas que cuando adultas son lesbianas fueron más sexualmente activas cuando niñas y tuvieron más probabilidad de mostrar juego sexual consistente con su orientación sexual posterior que las nenas que eventualmente se vuelven heterosexuales. EL hecho de que las lesbianas norteamericanas no sigan el patrón de juego sexual de infancia con otras nenas sugiere que los datos norteamericanos sobre sexualidad lésbica pueden no ser generalizables a otras poblaciones.
Edad de Primera Conciencia de Atracción Sexual
En la Tabla II‚ se yuxtaponen dos preguntas: “¿A qué edad estuviste consciente por primera vez de la atracción a los varones?” y “¿A qué edad estuviste consciente por primera vez de la atracción a las mujeres? ” Para las mujeres heterosexuales las respuestas mostradas reflejan su atracción a varones, y para las lesbianas mostradas reflejan su atracción a mujeres. Cuando niñas las lesbianas de Brasil, Perú y los Estados Unidos llegaban a estar conscientes de la atracción a las mujeres algo más tarde que las mujeres heterosexuales se hacían conscientes de su atracción a los hombres. Solamente en Filipinas las lesbianas estaban conscientes de su atracción a las mujeres antes de la edad en que las mujeres heterosexuales hacían consciente su atracción a los hombres. Este patrón de conciencia tardía de las lesbianas parece caracterizar su desarrollo sexual en diversos puntos y puede reflejar una tendencia de desarrollo demorado de sexualidad lésbica que se mantiene transculturalmente. Quizás el resultado más significativo de la Tabla II es que el efecto de “aparición demorada” para la atracción lésbica se produce en las cuatro sociedades. En Brasil, solamente una mujer heterosexual comprendió su primera atracción sexual por los hombres a los 17, en tanto que el 31.1% de las lesbianas brasileñas comprendieron su atracción sexual por las mujeres después de los 17. En Perú solamente 2 mujeres heterosexuales comprendieron que sentían atracción sexual por varones después de los 17 años, en tanto que el 23.8% de las lesbianas peruanas comprendieron que sentían atracción sexual por mujeres después de los 17. En Filipinas y los Estados Unidos ninguna mujer heterosexual llegó a comprender que sentía atracción por los hombres después de los 17‚ en tanto que el 29.1% de las lesbianas filipinas y el 21.3% de las lesbianas norteamericana comprendieron que sentían atracción por las mujeres después de los 17. En otras palabras, el efecto de aparición tardía parece haberse producido en las cuatro sociedades a grandes rasgos en la misma tasa (20 / 30% ). La conciencia demorada de la atracción de las lesbianas por las mujeres se produjo en la infancia y también en los años adolescentes con el efecto de aparición demorada o tardía más sorprendente, produciéndose después de los 17 años, entre los 18 y 35. Al llegar a los 25 años todas las mujeres heterosexuales de las cuatro sociedades estaban conscientes de su atracción a los hombres. Lo mismo no es verdad para las lesbianas en que un porcentaje pequeño y similar en las cuatro sociedades no sintieron atracción a otras mujeres hasta que estuvieron entre los 26 y 35. Este porcentaje es pequeño (entre 4.3 y 9.5% ) pero el hecho de que se produce en las cuatro sociedades lo hace importante. Esto sugiere un efecto demorado culturalmente universal en el darse cuenta su atracción sexual por parte de las lesbianas. Se presume que el efecto de demora es el resultado de la fuerte socialización de la orientación heterosexual en todas las sociedades. A pesar de esta socialización y del efecto de aparición demorada resultante, la orientación sexual lésbica eventualmente se exterioriza como se muestra en otras tablas. Parece que la sexualidad lésbica puede ser demorada pero no evitada por las normas culturales.
by cultural norms.
Atracciones Cruzadas
La pregunta reflejada en la Tabla III es “¿A qué edad las mujeres heterosexuales se sintieron atraídas por otras mujeres (si es que ocurrió) y a qué edad las lesbianas se sintieron atraídas a los hombres (si es que ocurrió)? ” Este patrón de atracción se llama “atracción cruzada.” El examen de la Tabla III sugiere una marcada diferencia en los patrocencias de atracción cruzada entre lesbianas y mujeres heterosexuales. Las lesbianas de las cuatro sociedades tuvieron considerablemente más proabilidad de experimentar atracción a los hombres que las mujeres heterosexuales atracción por otras mujeres. Este patrón es máximamente notable en las categorías de edad 10 a 13 y 14 a 18. En la muestra brasileña, 37.2% de las lesbianas experimentaron atracción a hombres durante los años 10 a 17 de edad, en tanto que solamente el 4.8% de las mujeres heterosexuales experimentaron atracción hacia mujeres durante ese período de edad. Para las lesbianas peruanas, el 28.5% experimentaba atracción a los hombres durante el período de estas edades. SI se incluye la categoría etaria 7.9, esta cifra peruana aumenta al 40.0% en tanto que solamente el 2.1% de las mujeres heterosexuales entre los 7-17 experimentaron atracción a mujeres. Para Filipinas las heterosexuales experimentaron atracción a las mujeres, reflejando la discrepancia más pequeña entre las heterosexuales y las homosexuales para atracción cruzada. En los Estados Unidos el 46.8% de las lesbianas experimentaron atracción por hombres entre las edades de 10 y 17 en tanto que el 7.7% de las mujeres heterosexuales se sintieron atraídas a mujeres durante el período de esas edades.
Este patrón general de atracción cruzada sigue siendo verdadero cuando se lo considera de un modo algo diferente: los porcentajes de mujeres que no experimentan ninguna atracción cruzada. Los porcentajes de mujeres heterosexuales que no sienten atracción cruzada van del 78.0% en Brasil al 91.7% en Perú. Los porcentajes de lesbianas que no experimentan atracción cruzada van del 31.9% en
los EEUU a 63.8% en Filipinas.
En suma, la atracción cruzada parece considerablemente más característica de las lesbianas que de las mujeres heterosexuales a pesar de la cultura y parece llegar a un pico entre las edades de 10 y 17. Esto puede sugerir que las normas de socialización para el interés heterosexual tienen impacto significativo en los patrones de atracción sexual de lesbianas. A pesar de las presiones de la socialización para la conducta heterosexual, más de la mitad de las lesbianas (excepto en los EEUU) no experimentaron esta atracción a los hombres. Esto sugiere que la sexualidad lésbica está simultáneamente sujeta a ser moldeada por las normas heterosexuales y caracterizada por una considerable tenacidad y resistencia a la socialización para la heterosexualidad.
Edad de Primer Contacto Sexual
La Tabla IV reseña las respuestas a la pregunta‚ “¿ A qué edad tuviste tu primer contacto sexual, tocando los genitales, etc.? ” Es claro a partir del patrón de respuestas que las lesbianas de los cuatro países informaron contacto sexual más temprano que las mujeres heterosexuales. Este patrón es muy marcado, con la diferencia más grande entre heterosexuales y lesbianas produciéndose en la muestra brasileña, seguida de cerca por las muestras filipina y peruana.
La más pequeña diferencia entre las mujeres heterosexuales y homosexuales se dio en EE UU, donde el 55% de las lesbianas tenían contacto sexual antes de los 14 años, comparadas con el 43.7% de las heterosexuales. Las lesbianas filipinas tenían el contacto sexual más temprano, antes de los 14 años.
No es claro por qué las lesbianas de las cuatro sociedades eran más precoces sexualmente. Probablemente ningún niño es socializado en patrones específicos de juego sexual infantil. En relación con la sexualidad de infancia, generalmente a los niños se los deja librados a sí mismos y su sexualidad es habitualmente ejercida secretamente, fuera de la vista de los adultos. Los adultos en general no socializan a los niños para actuar sexualmente de modo homosexual o heterosexual, o con varones o mujeres. Si existen por parte de los progenitores presunciones sobre el juego sexual de sus niños, probalemente eran imágenes vagas y no específicas o miedo de que los nenes puedan iniciar juego sexual con sus hijas.
Una posible explicación es que hay algo en el desarrollo de la sexualidad lésbica en la infancia que es intrínseca y biológicamente diferente de la sexualidad de la mujer heterosexual. Quizás una explicación más probable está en la diferencia entre los patrones de juego general y no sexual de infancia de lesbianas y mujeres heterosexuales. Las lesbianas tienen a pasar más tiempo en general con los nenes, juegan a menudo con los juguetes y hobbies de los nenes, y tienen más probabilidad de involucrarse en conducta varonera que las mujeres heterosexuales. Estos patrones han sido informados por Whitam y Mathy (1991) en estas mismas cuatro sociedades y más recientemente por Phillips y Over (1995) en una muestra australiana. La tendencia de las lesbianas cuando nenas a pasar más tiempo con los nenes en sus actividades generales de juego puede tender a una incidencia incrementada del juego sexual infantil, quizás iniciado principalmente por nenes. Al jugar con nenes su juego infantil se produce más allá del hogar y fuera de la vista de los progenitores, lo que permite una mayor incidencia de juego sexual infantil.
Evidencia indirecta de esta explicación la proveen los datos filipinos. En la tabla IV las lesbianas filipinas tienen la más baja incidencia de juego sexual infantil. En la tabla V también puede verse que las lesbianas filipinas también informan la incidencia más baja (solamente 5.7%) de varones como sexo del primer contacto sexual.
Sexo de la Pareja en el Primer Contacto Sexual
En relación con el sexo de la pareja en el primer contacto sexual, las mujeres heterosexuales consistentemente informaron “varones.” En la Tabla V los porcentajes de mujeres heterosexuales informando primer contacto sexual con varones son similares: en Brasil 80.3% ‚ en Peru 84.8% ‚ en las Filipinas 83.3%‚ y en los Estados Unidos 86.2%. En contraste, el sexo de la primera pareja sexual de las lesbianas era más variable y se dividía entre varones y mujeres con un patrón diferente. En Brasil y las Filipinas el sexo de la primera pareja sexual fue predominantemente mujer, 63.9 y 66.0%‚ respectivamente. Sin embargo, en Perú y los Estados Unidos la primera pareja sexual de lesbianas fueron predominantemente varones, con 52.4% en Peru y 57.4% en los Estados Unidos. Incluso así, el 47.6% de las lesbianas peruanas y el 42.6% de las lesbianas norteamericanas informan que su pareja en el primer contacto sexual fue una mujer.
Las normas para la actividad sexual pueden nuevamente haber influido en el sexo del primer contacto sexual. El primer contacto sexual de las mujeres heterosexuales parece haber sido principalmente con varones, en tanto que el de las lesbianas se divide más o menos igualmente entre varones y mujeres. A pesar de este efecto de separación, un porcentaje sustancial de las lesbianas (entre 42.6 y 66%) tuvieron su primer contacto sexual con mujeres. Esto sugiere que a pesar del efecto de las normas de comportamiento heterosexual, números significativos de lesbianas están orientadas a las mujeres incluso al inicio de su actividad sexual.
Edad en que se Tomó Conciencia de que las Atracciones Sexuales eran Serias
La Tabla VI informa respuestas a la pregunta‚ “¿A qué edad sentiste que tus atracciones sexuales eran más que jugueteos?” Para las mujeres heterosexuales atracciones sexuales se refiere a atracciones por hombres y para lesbianas se refiere a atracciones a mujeres. En la Tabla VI un considerable porcentaje de mujeres de ambas orientaciones sexuales estaban conscientes de que sus sentimientos eran serios antes de los 14 años. Para las mujeres heterosexuales esto va del 20.0% en Peruanas a 31.7% en brasileñas, y para lesbianas la conciencia va de 14.9% en las Filipinas a 38.9% de las peruanas que, de todas las lesbianas, fueron las que más temprano se hacían conscientes de que sus atracciones sexuales por otras mujeres eran serias. Ser consciente de la seriedad de las atracciones sexuales antes de los 14 años, entonces, es en general comparable en mujeres heterosexuales y homosexuales.
Si consideramos la misma pregunta usando los 17 años, en lugar de 14, a grandes rasgos tres cuartos tando de mujeres heterosexuales como de lesbianas estaban conscientes de que sus atracciones sexuales eran serias al llegar los 17, sin que hubiera ningún patrón marcado de diferencia entre mujeres heterosexuales y lesbianas en relación con esta pregunta. A los 25‚ prácticamente todas las respondientes, especialmente las heterosexuales, habían llegado a comprender que sus atracciones sexuales eran serias y más que “jugueteos.” Un pequeño porcentaje de lesbianas en cada uno de los cuatro países, yendo del 1.8% en Brasil al 4.3% en los Estados Unidos, no comprendieron que sus atracciones sexuales eran serias hasta después de los 25. Esto sugiere que el efecto de aparición tardía opera en un grado leve en la edad de comprensión de que las atracciones sexuales son serias.
Edad de Comprensión de la Orientación Sexual
La tabla VI resume los resultados de la pregunta‚ “¿A qué edad te diste cuenta de que serías heterosexual (para las mujeres heterosexuales) / homosexual (para las mujeres lesbianas)? ” Este ítem es, por supuesto, más específico que la pregunta previa que trataba sobre la seriedad de las atracciones sexuales y, de todas las preguntas que informamos, mide más directamente lo que generalmente se llama identidad lésbica. En la Tabla VII los patrones de mujeres heterosexuales y homosexuales son diferentes de los del ítem previo. Quizás otra vez estamos viendo los efectos del sesgo heterosexual en el proceso de socialización. En la Tabla VII lesbianas de las cuatro sociedades tenían menos probabilidad de definirse como lesbianas antes de los 14 años que las mujeres heterosexuales de definirse como heterosexuales. Este patrón es muy consistente. Las mujeres norteamericanas son las más atípicas, con el 71.9% que se define como heterosexuales antes de los 14 años y solamente el 10.6% de las lesbianas definiéndose como lesbianas antes de los 14 años.
Al considerar los 17 años, puede verse otra vez que las lesbianas se definen a sí mismas como lesbianas considerablemente más tarde que las heterosexuales se definen como heterosexuales. Estos porcentajes van del 31.9% para las lesbianas norteamericanas (que son las que más tarde se definen a sí mismas como lesbianas) a 67.3% para las filipinas que se definen como lesbianas a los 17 años. Así, otra vez podemos estar viendo los efectos de las normas sociales que enfatizan el modo heterosexual.
Es evidente a partir de la Tabla VII que algunas lesbianas (tantas como el 30.7% en Perú) comprenden muy tempranamente que serán lesbianas. Al llegar los 18 a grandes rasgos de un tercio a dos tercios de las lesbianas comprenden cuál será su futura orientación sexual. El resto lo comprendió después de los 17. Otra vez, puede ser que las normas sociales impidan y demoren la autoidentificación de las lesbianas, pero esas normas no parecen ser capaces de detener la eventual autoidentificación como lesbiana.
CONCLUSIONES Y RESUMEN
Los datos del análisis precedente sugieren un patrón complejo de desarrollo sexual lésbico en el que las lesbianas transculturalmente parecen compartir algunas tendencias de desarrollo. Por ejemplo, los datos que tratan de “dirección de interés sexual de infancia” y “edad de primer contacto sexual” sugieren que el desarrollo sexual lésbico a menudo comienza a aparecer en la infancia. Las lesbianas son más precoces sexualmente que las mujeres heterosexuales y están más interesadas en las mujercitas que las mujeres heterosexuales en los varoncitos, a pesar de la presunta socialización de ambos grupos en normas heterosexuales. La aparición de atracción del mismo sexo en la infancia sin socialización aparente sugiere una base biológica, más que socialmente construida, para la emergencia de la sexualidad lésbica.
Sin embargo también está sugerida la influencia de la socialización sobre los patrones emergentes de la sexualidad lésbica. Por ejemplo, los datos de “edad de primera conciencia de atracción sexual” parecen reflejar la presión de las normas heterosexuales sobre el desarrollo lésbico, lo que da como resultado el efecto de aparición tardía [late-bloomer effect] en las cuatro sociedades. Un efecto similar de la influencia de las normas heterosexuales es sugerido por los patrones de atracción cruzada [cross-attraction], en los que las lesbianas informan considerablemente más atracción cruzada. El patrón resultante del análisis del “sexo de la pareja en el primer contacto sexual” sugiere los efectos simultáneos de biología y socialización.
Casi todas las heterosexuales que su primer contacto sexual fue con varones, en tanto que a grandes rasgos la mitad de las lesbianas informan primer contacto sexual con otras mujeres. En cuanto al desarrollo de la identidad sexual, las mujeres heterosexuales y las lesbianas son similares en relación con la edad en la que comprenden que sus atracciones sexuales son serias y no jugueteos. En relación con la edad de darse cuenta realmente de su orientación sexual, las lesbianas de las cuatro sociedades son algo más lentas en la comprensión de su orientación sexual adulta, lo que otra vez sugiere la influencia obstaculizante de la socialización por normas heterosexuales.
Es un truismo que tanto factores biológicos como sociales están involucrados en el desarrollo de la orientación sexual. El análisis presentado aquí (análisis transcultural emparejado con datos tanto de mujeres heterosexuales como homosexuales) nos permite delinear con bastante especificidad el impacto tanto de la biología como de la socialización. La emergencia de identidad y sexualidad lésbicas en infancia sin socialización en esa conducta sugiere una base biológica subyacente para esta conducta, en tanto que los intentos de todas las sociedades para socializar a las lesbianas emergentes en la heterosexualidad son solamente exitosos en parte para particulares tipos de conducta en ciertos puntos del desarrollo lésbico. Aunque no podemos subestimar la importancia de las normas heterosexuales, en última instancia fracasan.
Los socioconstruccionistas (e.g.‚ Troiden‚ 1988; Patterson‚ 1995) generalmente toman la posición de que los factores sociales y culturales crean la orientación homosexual. Este punto de vista no encuentra sustento en estos datos. La identidad y sexualidad lésbicas no son socialmente construidas; al contrario, las sociedades intentan destruir la conducta lésbica emergente, poniendo impedimentos, pero sin borrar, su desarrollo. Este proceso de destrucción es sólo parcialmente exitoso y eventualmente la orientación lésbica emergente supera los intentos de destruirla, a pesa de la sociedad en que se esté y de sus disposiciones socioestructurales internas.
REFERENCIAS
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